lunes, 7 de septiembre de 2020

Operación COVID

Operación Covid. Llevamos 166 días de cuarentena impuesta por el gobierno argentino, donde los resultados socio-económicos y de salud social son un desastre por donde se los mire, como expone una frase hecha “ no pegaron una”. No voy a escribir sobre números pero sí sobre comportamientos, quiero refrescar la memoria sobre los hechos concretos, porque la grieta que se retroalimenta dependiendo de qué lado estás y cuando te conviene, dificulta mucho una pequeña reflexión. Ambos sectores, social y político, están caminando por una muy fina línea de quiebre. Comencemos a reflexionar sobre las decisiones del gobierno autodenominado de científicos, porque desde el mes de enero de 2020, los números del covid19 ya lo exponían como una pandemia. El Estado Argentino nunca informó, controló, recomendó, y mucho menos exigió, un aislamiento preventivo de los turistas que ingresaban al país luego de pasar sus vacaciones en el exterior, ni siquiera los que regresaban de países con alta tasa de contagios como de España o Italia que fueron los primeros en sufrir una explosión de brotes del nuevo virus, después por supuesto de China. Dicha actitud gubernamental fue el primer y más grande error cometido, para justificar su ineptitud, el funcionario de salud G.G. García el 6 de febrero dijo: "Estamos lejos de un contagio por coronavirus en la Argentina", y por los pasillos de Ezeiza ingresaban los primeros antisomáticos del la nueva enfermedad y algunos ya automedicados para no perder los pasajes..., lo peor recién comenzaba. El 20 de marzo, el presidente Alberto Fernández declaraba la cuarentena estricta y obligatoria con penas legales para aquellos ciudadanos que no cumplan con lo expuesto por el DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia), en esa ocasión era por 15 días. Evidentemente algo falló, en realidad todo salió mal, desde entonces los casos de contagios no disminuyeron, a demás, la seudo cuarentena siguió su curso y el sistema de salud comenzó a colapsar. Trasladándonos a otro lugar del mundo que el mismísimo presidente cometió el grave error de comparase y utilizarlo como dato de encuestas, Suecia tuvo 85,200 contagiados con 5700 muertes aproximadamente y sin cuarentena, mientras Argentina para la misma fecha contaba con 350,000 contagios 7360 muertes y con 150 días de aislamiento obligatorio. ¿Qué falló?, el aislamiento era la gran solución, no la cura, pero era la mejor herramienta con la que se podía contar para mantener al Covid controlado, evitar el colapso sanitario y sobre todo, evitar muchas muertes. “Es la economía, estúpido”, y con ésta la grieta, Suecia económicamente indiscutible, no tiene grieta... Lo que conocemos como grieta en realidad es la falta de empatía por el otro, el sentido de pertenencia y el compromiso con el prójimo, entender que el individuo es el todo y que en el mundo no sólo que no hay fronteras sino que vivimos en una isla. La sociedad argentina vive en una grita grande como un abismo, alimentado por una clase política muy mal parida, la cual pide solo sacrificios a la sociedad, sin hacer un mea culpa o ni siquiera darse cuenta que hay cosas que tienen un gran significado más allá de los beneficios directos y concretos. La grieta está entre los que llegan a la política haciéndose millonarios, los que permiten que los delincuentes lleguen a esos cargos políticos y la sociedad; y después está la grieta entre los vagos contra los que trabajadores, otra, entre los que defienden por unas migajas a los inescrupulosos que les hacen creer que esos derechos adquiridos no los paga nadie que al final, todos pagamos mucho más caro que si saliera de nuestros bolsillos directamente. Hay que comprender, cuando el estado da una dádiva el porcentaje mayor se queda en el camino, y justamente se pierde en los bolsillos de quienes te dicen que ellos son la solución a tus problemas. Es fácil salir por cadena nacional y apuntar con el dedo a la sociedad desesperada por una migaja de pan y tratarlos de delincuentes o mala gente, es fácil hacerlo cuando tenés un ingreso 10 o 20 veces superior, es ser mal parido y decir que no te bajas el sueldo porque es demagogia. ¿Sabés qué?, demagogia o no es hacer patria, cosa que los feudos argentinos no están acostumbrados a realizar. Nuestros gobernantes se quejaron porque salimos en masa a protestar, porque no entendieron que ellos provocaron nuestra desesperación por defender lo que creemos que es nuestro futuro, como pueden pedir a un laburante que depende del ingreso de su negocio para comer, pagar los servicios esenciales, y hasta el alquiler ,si no cuenta con casa propia, que no trabaje. Los políticos, no sólo que están cómodos en sus despachos, también se aseguran un acomodo eterno, que como sucede hace muchas décadas “ que Dios y la patria me lo demande” sólo es la expresión colorida de una jura maliciosa y traicionera. No sabían como cambiar el rumbo económico y el Covid les vino como anillo al dedo, rápidamente crearon operación Covid, una fórmula que les permitiera en corto plazo y de forma abrupta, lograr todo por lo que vinieron, Coacción, Omisión, Venganza, Impunidad, Dinero...